Cinco playas secretas de Uruguay para disfrutar el verano en contacto con la naturaleza
Más allá de los conocidos paradores, el país vecino esconde, en parques nacionales y alejadas de la vorágine, opciones salvajes para relajarse o explorar
Uruguay es mucho más que las populares playas de Punta del Este y José Ignacio. Alejadas, hasta se podría decir que escondidas, aguardan extensiones de arena que se funden con el mar y crean, así, una posibilidad distinta de pasar el verano, lejos de la aglomeración de turistas.
La Guía del Ocio te muestra cinco playas para fanáticos de la tranquilidad y también del confort:
1. La Moza, Santa Teresa
El Parque Nacional de Santa Teresa es un destino repleto de atractivos. Además de bosques con una gran variedad de árboles autóctonos y foráneos, que se calculan más de dos millones, se encuentra una increíble fortaleza construida en 1762 y declarada Monumento Histórico Nacional en 1927. Es sencillamente imponente, muy valorada para los que disfrutan de la historia, los museos y monumentos. Además, aquí también se encuentran cuatro playas espectaculares.
Desde el cerro Verde hasta Punta del Diablo hay 12 kilómetros de costa en las que podemos encontrar Las Achiras, Playa del Barco, Playa Grande y La Moza. La infinidad de senderos que ofrece el Parque Nacional con su variada y exuberante vegetación conducen a alguno de estos mágicos balnearios.
La Moza es la favorita de los más jóvenes, ya que cuenta con un parador con buena música, servicios para comer los clásicos del mar y también de la parrilla, heladería y supermercado. Además, los fans del surf elogian sus excelentes olas para practicar el deporte.
Para hospedarse hay casas y carpicabañas para alquilar, algunas sobre la playa, como así también un gran camping con capacidad para unas 10.000 personas. Entre los que buscan la opción carpa hay rincones bien rústicos y otros más amigables con luz y servicio de agua corriente.
2. Oceanía del Polonio, Rocha
Entre los conocidos balnearios de La Pedrera y Cabo Polonio se encuentra una playa que ya es un secreto a voces. Descubierta por extranjeros de todo el mundo y muy valorada por sus tesoros naturales, se trata de Oceanía del Polonio. Son 357 hectáreas de costa aún virgen repleta de encantos.
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En este lugar abunda la tranquilidad, pero también se pueden hacer actividades como cabalgatas y vuelos en ala delta. Para llegar a esta playa bañada por el Océano Atlántico hay que atravesar bosques de acacias y pinos. Aquí el mar es abierto y de fuerte oleaje. De noche se ilumina con el Faro de Cabo Polonio.
3. Del Rivero, Punta del Diablo
Junto con la de Los Pescadores y la de La Viuda, Del Rivero es una de las tres playas que integran la costa de Punta de Diablo. Algunos la consideran una bahía de este maravilloso pueblo de artesanos y pescadores.
Aquí los servicios son muchos, desde paradores con música y tragos de moda para disfrutar sobre la arena, hasta alquiler de reposeras, sombrillas y guardavida para nadar tranquilos. Los más pequeños pueden tomar clases de surf. Su amplia superficie de arenas secas y húmedas permite la práctica de deportes.
4. Costa Azul, La Paloma
Este localidad se caracteriza no solo por los deportes acuáticos y la posibilidad de disfrutar del mar y la arena, sino también por los avistajes de ballenas, esto último entre los meses de julio y octubre. Cuando el enorme mamífero no está cerca, esos mismos puntos panorámicos regalan los mejores paisajes del maravilloso Océano Atlántico, con un imponente amanecer incluido.
Justamente el Cerro de la Virgen es un balcón natural para contemplar ballenas o la inmensidad del mar. Se llama así porque durante muchos años estuvo instalada allí una escultura de la Virgen María, realizada por el artista plástico local, Alfredo Cuello. Para apreciarla solo hay que recorrer la avenida Costanera Tabaré.
En el verano el mar abierto cuenta con guardavida y todos los servicios: Wi-Fi; calendario con actividades y torneos de fútbol y vóley. Además, hay transporte local para moverse y varios comercios para que no falte lo indispensable. Hay comisaría y centro de salud. Si lo que se busca es más movimiento y vida nocturna solo hay que recorrer los 4 kilómetros que la separan del centro de La Paloma.
Ideal para los que buscan unas vacaciones tranquilas donde la playa y el campo se unen creando un paisaje agreste súper atractivo.
5. Las Maravillas, La Coronilla
Bien al norte del Uruguay, casi llegando al Chuy, la frontera con Brasil, se encuentra este lugar. Y lo destacamos dentro de los ocho kilómetros de costa que ofrece el balneario de La Coronilla, uno de los más antiguos, porque además cuenta con el Centro de Tortugas Marinas del Uruguay.
Abierto al público en temporada alta, se dedica a la preservación de estos hermosos animales que hoy están el peligro. Allí se pueden ver algunos ejemplares en rehabilitación e informarse de cómo avistar tortugas marinas en su hábitat natural. Las Maravillas es elegida, además, ya que cuenta con servicio de guardavidas, Wi-Fi libre y parador. A las playas del sur se llega por un simpático puente colgante que vale la pena conocer.
Son en total 5 kilómetros de costa casi virgen con una variada vegetación y fauna, gracias a que está muy cerca del Parque Nacional y las áreas protegidas. Sin dudas este es otro destino ideal para los que valoran el turismo ecológico.